Antonio Alfonso Jiménez, poeta y director de escena, tiene
publicados los poemarios La calle es tan
sólo un ruido (Universidad de Jáen, 1996), Piedra líquida (Universidad de Jáen, 2006), Canción insommne (Universidad de Jaén, 2011) y Vaciarse de otras voces (Diputación de Jaén, 2007), y el relato Crónica a oscuras (Universidad de Jaén,
2008). Ha sido antologado en Para qué +
poetas, (Ediciones Eppur, 2010) y en la Antología
de poetas giennenses (2006) del colectivo de artesanos El liñuelo, en cuya
revista publicó durante años micro relatos y una serie de artículos sobre
ciudades literarias. En un futuro querría ser panadero porque está convencido
de que es el oficio más importante que existe.
Antonio Alfonso Jiménez en El Club de los Imberbes |
En esta ocasión, tuvimos la suerte de tener como poeta invitado a Antonio Alfonso Jiménez, poeta que mostró un gran interés por la iniciativa y que vino con muchas ganas de compartir su visión de la poesía con nosotros.
Antonio comenzó leyendo algunos de los poemas que escribió en su imberbe juventud, es decir, con unos dieciséis años aproximadamente. Más tarde, leyó varios fragmentos de sus poemarios posteriores, explicándonos un poco en qué se había inspirado para escribirlos y haciendo así la lectura mucho más participativa.
Tras esto, y contra todo pronóstico, fue Antonio el que quiso proponernos unas preguntas sobre nuestro pensamiento hacia la poesía y la escritura... Abrió así un debate muy interesante en el que participamos algunos de los imberbes habituales y otros nuevos asistentes que se atrevieron a expresar sus ideas.
En resumen, Antonio nos ofreció una lectura genial en la que pudimos disfrutar de su poesía, de sus ideas y de sus consejos, además del buen debate-comentario que pudimos realizar entre todos, en el que no es realmente importante el obtener una conclusión, sino el enriquecernos gracias a la puesta en común.
¡Estamos deseando poder escucharle de nuevo en el recital final de septiembre!
Para finalizar esta entrada, os dejamos con algunos de sus poemas:
Dadle a mi corazón una casa en el aire.
- Juan Carlos Mestre -
Repartiste tu herencia con justicia.
A quien ama el silencio, contempla la tarde
y se deja anidar vencejos en las manos,
el cristal perfecto de un copo de nieve.
Al huérfano
el amor devoto de todos sus nietos.
Para el amor adolescente,
preso por el puño de la sed,
los ríos helados del centro de Europa.
Al niño que siega al final del verano,
y duerme en el saco repleto de trigo,
un grano de polen guardado en sus dedos.
(de Piedra líquida, 2006)
Primero subo las persianas,
después desayuno en la cocina.
Cuatro horas por delante, él ya se ha ido.
Deja todo preparado para hacerme unas tostadas
y un manto de café por encima de los muebles.
Su casa huele a café. El sudor en su ropa huele a café
y a algo dulce. Me desnudo y antes de lavarlas
me pongo sus camisas, me tumbo en su cama,
busco su hueco en la almohada.
La lavadora gira cuesta abajo, y yo giro.
A veces se me escapa su nombre en un suspiro.
Tiendo la ropa de color, pongo la blanca,
barro el piso, quito el polvo, friego, plancho.
Me queda una hora, hoy le cocino.
Hago empanada, así tendrá para dos días.
Me ducho en su ducha, me cambio en su cuarto.
Me deja preparado el dinero en la entradita.
Dos veces por semana. Ocho euros la hora.
Lo meto en el bolso y a otra casa.
En el ascensor me pregunto si en mí piensa
cuando entra en su casa por la tarde
y lo recibe en el pasillo una nube de manzanas.
(de Valle, inédito
2012)
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